Umbrales de la Mente o Fin de Año
Se dice que los gatos tienen parálisis de umbral, que ellos, los gatos, perciben cuando pasan de un cuarto al otro, que hay una transición. Pero para los gatos la parálisis es solo quietud, es un momento de reflexión, ellos, los gatos saben, porque son animales superiores, que el umbral es un claro, un despeje entre un sitio y el otro, que el umbral es la posibilidad de la revelación.
Los gatos se toman su tiempo, ese tiempo que ahora nomás estalló en una explosión primordial, ese tiempo que se estrelló contra la muralla del fin, del fin de este año. Se dice que un año termina y otro nuevo empieza, se dice que hay un comienzo y que hay un fin. Comienzo y fin de los tiempos. Pero quizás ese tiempo que nosotros vemos gotear como días, horas y minutos, llenando los ríos y los mares de nuestra historia, ese tiempo no sea solo eso, sino también los instantes, que como intervalos, entre minuto y minuto, se hacen umbral, umbral entre un sitio y el otro, umbral visible y despejado, despejado como un claro en el bosque.
Pasamos un umbral del 2005 al 2006, un umbral iluminado por miles de fuegos artificiales y vibrante de sonido, seguido de una borrachera global,
Quizás el umbral sea la manera que tiene el instante de hacerse conocer y quizás esos instantes, siempre presentes y poco percibidos, violados por el apremio de los minutos, las horas y los días, esos instantes reclaman atención. Reclaman y piden, intentan seducir con el ritmo apenas escuchado del silencio, necesitan estar. Pero casi nunca los vemos, no vemos los instantes, porque su forma no es la del goteo ni de la premura, su forma no tiene un comienzo ni un fin, su forma es la trama de la eternidad, la red invisible de lo infinito.
Es triste pensar en esto, nuestra inhabilidad, nuestra ceguera, cuando los gatos han entendido tan rápidamente. Es triste pensar que seguramente, ahora, pasamos ya la gran fiesta, el estruendo amplificado de todos los tambores y de todas las trompetas, los gritos, la risa y el llanto, más el resplandor de los fuegos del mundo entero, encandilaron y aplastaron a ese instante sutil, que se hace umbral entre un año y otro y que seguramente por esta inhabilidad nuestra de ver, por ser tan profanos, no pudo brillar con luz propia.
Foto: El Umbral de Morris By MaPeV.
Los gatos se toman su tiempo, ese tiempo que ahora nomás estalló en una explosión primordial, ese tiempo que se estrelló contra la muralla del fin, del fin de este año. Se dice que un año termina y otro nuevo empieza, se dice que hay un comienzo y que hay un fin. Comienzo y fin de los tiempos. Pero quizás ese tiempo que nosotros vemos gotear como días, horas y minutos, llenando los ríos y los mares de nuestra historia, ese tiempo no sea solo eso, sino también los instantes, que como intervalos, entre minuto y minuto, se hacen umbral, umbral entre un sitio y el otro, umbral visible y despejado, despejado como un claro en el bosque.
Pasamos un umbral del 2005 al 2006, un umbral iluminado por miles de fuegos artificiales y vibrante de sonido, seguido de una borrachera global,
Quizás el umbral sea la manera que tiene el instante de hacerse conocer y quizás esos instantes, siempre presentes y poco percibidos, violados por el apremio de los minutos, las horas y los días, esos instantes reclaman atención. Reclaman y piden, intentan seducir con el ritmo apenas escuchado del silencio, necesitan estar. Pero casi nunca los vemos, no vemos los instantes, porque su forma no es la del goteo ni de la premura, su forma no tiene un comienzo ni un fin, su forma es la trama de la eternidad, la red invisible de lo infinito.
Es triste pensar en esto, nuestra inhabilidad, nuestra ceguera, cuando los gatos han entendido tan rápidamente. Es triste pensar que seguramente, ahora, pasamos ya la gran fiesta, el estruendo amplificado de todos los tambores y de todas las trompetas, los gritos, la risa y el llanto, más el resplandor de los fuegos del mundo entero, encandilaron y aplastaron a ese instante sutil, que se hace umbral entre un año y otro y que seguramente por esta inhabilidad nuestra de ver, por ser tan profanos, no pudo brillar con luz propia.
Foto: El Umbral de Morris By MaPeV.
3 Comments:
Quizá la vida tenga que ser así, capacita a algunos para percibir cosas que a los demás nos pasan de largo y viceversa.
También me gusta pensar que ese breve instante, cada uno lo vive de una forma personal, y que la intensidad del momento en realidad depende del valor que le de cada uno :)
Un abrazo
Cuando los animales hacen tonterías, dicen que son listos; y cuando no las hacen (porque van a su rollo) dicen que son tontos.
Yo digo que el hombre es el tonto por haber perdido la nobleza y el instinto animal.
Gracias por tu visita.
isthar:
Yo creo que los seres humanos hemos perdido algunas capacidades a causa de nuestro modo tan agitado de vivir. A veces no nos tomamos un tiempito para ver más allá... vivimos tan rápido la vida que se nos escapa sin darnos cuenta.
Saluditos de Umbrales.
navarra:
Que linda la región de Navarra !!
Yo creo que todos los animales son inteligentes y que cada uno tiene algo especial, incluso el hombre aun con todas las tonterías que hacemos.
Saluditos variados.
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